10 octubre 2008

Gustavo Sainz: El tango del desasosiego

por Ignacio Trejo Fuentes

(Primera de dos partes) **

Gustavo Sainz es acaso el mayor “experimentador” de la literatura mexicana (y no desdeño a Sergio Fernández, Fernando del Paso y Salvador Elizondo). Sus novelas son audaces, provocativas. Luego de Gazapo se arriesgó a publicar Obsesivos días circulares, y supuse que había escrito su obra mayor; pero me equivoqué: libros suyos como Paseo en trapecio, Salto de tigre blanco o La novela virtual sobrepasaron la experimentación de Obsesivos…

Creo, sin embargo, que La muchacha que tenía la culpa de todo es lo más innovador de Gustavo. Imagine el lector una novela estructurada con preguntas. Sí: cada línea es una interrogante, lo que provoca perplejidad, mas cuando nos compenetramos entendemos de qué se trata: inferimos de las respuestas de la mujer interrogada y compensamos nuestra ignorancia previa. Una vez, cuando vino a presentar uno de sus libros en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM, le dije a Gustavo: “¿Por qué no vuelves a escribir novelas ‘agradables’ como La Princesa del Palacio de Hierro o Compadre Lobo, y dejas de mortificarnos, a los lectores, con tanta experimentación?” Dijo: “Sería mejor que los lectores aprendan a leer”.

Aparte de las técnicas narrativas que suele implementar, Gustavo Sainz posee un manejo envidiable de la prosa: canta, adjetiviza de la mejor manera: seduce, provoca. Su manejo del lenguaje es vital, como el de Alfonso Reyes, Martín Luis Guzmán o Fernando del Paso, lo que no es poca cosa. Gustavo teje las palabras de tal modo que pareciera, como los músicos, que utiliza un metrónomo. Dice cosas como esta: “En la profunda oscuridad de la noche su carne virgen palpitaba desnuda”.

Y arriesga con ideas, con reflexiones. Se pregunta —otro ejemplo— si el amor es finito como la vida, si entraña perplejidades distintas al nacimiento de un niño. Y se contesta, y nos contesta.

No entiendo por qué Sainz abusa de las citas, literarias y cinematográficas. De repente, nos cuenta una novela, una película (a la manera de su admirado Manuel Puig) o una anécdota propia. Nos hace (me hace) sentir ignorantes de tantas cosas, y nos fulmina (me fulmina) con su erudición. Pero qué gusto.

Lo anterior es preámbulo para comentar la nueva novela de Gustavo Sainz: El tango del desasosiego (Perplejidad), que contiene las virtudes narrativas del autor. Es, como diría él mismo, un reto para lectores calificados. Espero haberla entendido.


(Segunda y última parte) **

En la nueva novela de Gustavo Sainz, El tango del desasosiego, asistimos al nacimiento de una novela: el profesor de literatura francesa de una universidad estadounidense vive una experiencia amorosa con una joven estudiante (Dominiqueniquenique) e intenta contarla en un ejercicio narrativo. Pero mientras lo hace, una voz (¿la suya?, ¿su conciencia crítica?, ¿un tutor literario?) se inmiscuye y le enmienda la plana a cada paso: al principio duda de las posibilidades del proyecto, del interés de la historia, cuestiona los procedimientos técnicos, mas al final admite que el escritor consiguió su objetivo: una novela en torno a aquel romance, aunque llena de ideas.

En la primera parte de esta reseña dije que me asombra la cantidad de citas literarias, cinematográficas, pictóricas, etcétera, que Sainz suele usar en sus obras, y esta vez no es la excepción, aunque se cuida de dosificarlas cuando es el narrador quien habla, y no se detiene para soltarlas a raudales cuando es la otra voz la que se encarga de narrar. Quiero creer que esta vez ese acopio de erudición sirve para dar vida y realce a lo que en principio es una historia cursi y banal: ¿a quién pueden importarle, más allá de lo natural, los desvelos del profesor y de su novia, luego esposa? Lo interesante está en las intervenciones de quien opina sobre la novela en gestación.

El profesor vive encerrado en sus clases, sus lecturas y sus frecuentes viajes para dar conferencias; Dominique… lo admira, se embelesa y cree amarlo. Sin embargo, en cuanto se casan, comienza el derrumbe: ella se sabe dependiente, no es ella si no está en relación con aquél; empieza a cuestionar su decisión de haberse casado, se hastía, se llena de enfermedades reales o ficticias, duerme con el enemigo y todas las horas de sus días son de zozobra. Dominique… es una enfermedad viviente, hasta que determina ponerle los cuernos a su esposo, con uno de los alumnos-amigos de aquél: sólo entonces recupera algo de confianza, aunque la atenaza un miedo imprecisable. Él, por su parte, ante la abstinencia sexual a que ella lo obliga, se relaciona con otra joven y hermosa estudiante. Y suponemos que ese matrimonio de dos años de duración se irá al carajo, y se reiniciarán otras, nuevas, por separado: la del profesor con la linda estudiante…

Insisto, se trata de una historia de amor y desamor como hay tantas, pero Gustavo sabe muy bien cómo aderezarla, cómo salpimentarla, y lo hace mediante el tejido de ideas, de reflexiones: en medio de esa trama central, desfila un sinfín de informaciones (procedentes de las lecturas del protagonista, esencialmente de los periódicos), a veces un poco crípticas (cuando corren por cuenta de “la otra voz”), mas qué duda cabe que eso es lo que da vida y consistencia a lo contado.

El tango del desasosiego es una historia de amor sólo en apariencia. Leída con cuidado, derrocha consideraciones en torno a asuntos como el deseo, la incomunicación, el miedo al futuro, la dependencia, la soledad… Deja de ser algo light en cuanto la enfermiza y patética protagonista es vista por dentro, con todo y sus demonios.

Técnicamente, la novela no tiene pierde. Y en cuanto el lenguaje, a estas alturas ya sabemos cómo se las arregla Sainz: elegante, preciso, audaz, provocador. Aunque cuidado: hay pasajes en que Sainz no parece Sainz, resuena otra voz, aparece otro “estilo”. No es descuido: el tono y las palabras cambian cuando es Domini-que… quien se apodera de la voz narrativa. El tango del desasosiego (Perplejidad) se suma a la monumental y nunca reciclada obra de este autor que, como he dicho, es quizá (y sin quizá) el mayor experimentador de la literatura mexicana. Y de otras.


Gustavo Sainz, El tango del desasosiego (Perplejidad). Atemporia Narrativa, México, 2008; 221pp.


_____________________

* Publicado en la revista Siempre! Nº2884, el 23 de septiembre de 2008
** Publicado en la revista Siempre! Nº2884, el 23 de septiembre de 2008



.

19 junio 2008

entrevista para ciudad cultura

en la ciudad de Puebla

...



...

30 mayo 2008

De gira por México...

...presentando mi más reciente novela El tango del desasosiego (perplejidad), que recién acaba de salir bajo el sello de Atemporia y que ya se encuentra a la venta en muchísimas librerías de toda la República Mexicana.

...


Tijuana, Baja California

jueves 29 de mayo, 18:00 hrs

Feria del Libro de Tijuana

...

Saltillo, Coahuila

jueves 5 de junio, 20:00 hrs

Centro Cultural Ágoras Santa Lucía
Juárez 309, Centro Histórico

...

Puebla, Puebla

jueves 12 de junio, 17:00 hrs

Casa del Escritor
5 Oriente 201, Centro Histórico

...

Ciudad de México

miércoles 11 de junio, 19:00 hrs

Librería Gandhi Miguel Ángel de Quevedo
Miguel Ángel de Quevedo 121, Guadalupe Chimalistac


viernes 13 de junio, 00:00 hrs

Programa Animal Nocturno
TvAzteca



¡Los espero!


---

10 febrero 2008

Gustavo Sainz y Alberto Dallal
--


Gustavo Sainz con Sonia Feingelbaum: cellista,
novelista, exalumna y preciosa amiga
--

07 enero 2008

“¡Urólogos despeinados!” Los diferentes usos del lenguaje coloquial en La Princesa del Palacio de Hierro de Gustavo Sainz

Ponencia presentada por Enrique Aguilar R., el 7 de noviembre de 2007, en el congreso internacional “La ciudad y los imaginarios locales en las literaturas latinoamericanas”, organizado por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile

En La Princesa del Palacio de Hierro (1) se pueden encontrar varios “modos de uso” del lenguaje coloquial que bien pueden ubicarse en el eje “oralización-escriturización”, es decir en el eje de la “reproducción”, al que se refiere la morfosintaxis del español coloquial (2). Son expresiones clasificables tanto como de “falso” coloquialismo como de coloquialismo “estético”.

Ambos tipos de expresiones se encuentran colocadas en medio de la representación intensiva del habla cotidiana de la/os jóvenes de la ciudad de México a fines de los años 60 y principios de los 70. La primera categoría opera desde el habla de la protagonista principal, mientras que la segunda aparece mediante el uso narrativo o la inclusión de versos o poemas, en definitiva cultos, a pesar de que por su estructura algunos no lo parezcan tanto a primer vista, del poeta argentino Oliverio Girondo.

Pero tratándose de una novela, y de análisis del lenguaje coloquial, cabe aclarar, para no caer en confusiones o acusaciones de falta de rigor analítico o franca ignorancia, que La Princesa está narrada en primera persona, a través de una protagonista quien es una joven mexicana, habitante de un barrio residencial de la ciudad de México a fines de los años 60, y quien “le dice” su historia a alguien que la escucha, oyente que en el fondo se puede suponer que es quien registra y narra ese monólogo dividido en 21 fragmentos, al final de los cuales, en su mayoría, aparecen, entre paréntesis y entrecomillados, poemas o versos de Oliverio Girondo, a manera de moralejas.

Otros datos que se pueden aportar para justificar la pertinencia de hablar de “coloquialismo”, tratándose de una novela, es que por una parte se sabe, por declaraciones del propio Sainz, que “Brenda”, a quien está dedicada La Princesa, en realidad es una mujer que sí existió, y que él sostuvo con ella una serie de entrevistas, las cuales le sirvieron como base para elaborar el monólogo de su novela. Por si lo anterior no fuera suficiente, también se puede citar en abono de este dato que en la dedicatoria manuscrita de La Princesa, en el ejemplar propiedad del novelista Salvador Mendiola, Sainz define a su novela como: “[M]onólogo tormentoso y febril, resultado de seis meses de concubinato con una musa frívola y dicharachera.”


----------
(1) Sainz, Gustavo. La princesa del Palacio de Hierro. México, Joaquín Mortiz, 1974, 347 pp.
(2) Vigara Tauste, Ana María. Morfosintaxis del español coloquial, Madrid, Gredos, 1992, pág. VI











05 enero 2008

Gustavo Sainz y Luisa Valenzuela en la
Feria Internacional del Libro de Guadalajara, noviembre 2007

04 enero 2008

TOLA de Dante Medina

por Gustavo Sainz

Ayer en el supermercado, oí a un hombre discutir con una mujer sobre la novela Tola, de Dante Medina. Ella dijo: “tal vez esta novela aunque pasa por narrativa sea solamente irónica, los acontecimientos sólo nos muestran qué empobrecidos estamos, cómo avanzamos supuestamente hacia alguna meta, más que nerviosos y ya cuando todos los utopistas están desencantados. Muestran que nuestras vidas están invadidas por nuestras necesidades, en especial la de durar. He llegado a creer que la narrativa nace del odio hacia uno mismo”.

Él dijo: “Lo que me preocupa es que Tola no da un marco coherente para medir la transición temporal o espacial, el protagonista va de un lugar a otro, o suponemos que va, o cree que avanza cuando en realidad no se mueve. Se transforma en un simple vínculo, la encarnación de la narrativa, su posible simulacro, la pesadilla de su propia realidad”.

Quise decirles que la narrativa de Dante Medina sustituye una narrativa ausente y absorbe siempre la ausencia del otro para poder nombrarla y, al mismo tiempo, cede su propia presencia a las graves soledades del olvido. La narrativa de Dante Medina quise decirles, es aquella en la cual puede inscribirse nuestro destino. Pero se fueron antes de que pudiera hablar.

Cuando volví a casa mi hermana estaba en la sala, esperándome. Le dije: “¿Sabes, manita?, se me acaba de ocurrir que la novela de tu amigo Dante Medina se mueve tan aprisa que no puede seguirse, su transcurso debe ser imaginado. El dirá que es lo más semejante a la vida pero a mí me parece lo menos real”.






03 enero 2008

Atemporia


por Gustavo Sainz

Si pienso en Atemporia, la extraordinaria nueva revista de Alejandra Peart y Eduardo Ribé, pienso en lo leído, poemas y pequeñas prosas, notas de discos, y de una manera más explícita veo las fotografías asociadas con lo insólito o lo extraño, como si nos estuvieran enseñando a mirar. Lo destacable es que este grupo de jóvenes enfrentan la escritura y la creación con sus visiones callejeras e íntimas antes de sacar conclusiones de un ámbito supuestamente más adecuado como podría ser el de la teoría literaria.

Esta nueva generación, si se me permite compararla, es como un cazador que está al acecho de las palabras y las ideas intentando cobrarse una pieza que siempre amenaza con escapar. Curiosamente la victoria o la derrota finales, siendo lo decisivo, pesan menos que la tensa incertidumbre del trayecto. Baudelaire veía al escritor bajo las siluetas del cazador o el pugilista. Los escritores como los boxeadores entrenan en solitario, golpeando mientras golpea, en un combate permanente con las palabras y la gramática.

¿O son como cirujanos? Los cirujanos es obvio quieren terminar con éxito su labor. Pero este deseo es sólo una sombra que apenas logra conmoverlos en cada uno de los instantes de los minuciosos procesos en el que se hallan abocados. Los cirujanos del lenguaje separan la piel de las palabras, hurgan en las entrañas de su significado, tratando de alcanzar aquellas capas profundas en que se alojan las vísceras de la existencia. Alejandra y Eduardo entendidos como cirujanos se sumergen en los subsuelos del mundo y en tal descenso logran ser meticulosos, incisivos y en cierta manera, despiadados.


15 noviembre 2007

21 Feria Internacional del Libro de Guadalajara

24 de noviembre al 2 de diciembre de 2007


Domingo 25 de noviembre

Salón Alfredo R. Placencia, Centro de Negocios, Expo Guadalajara

16:00 a 16:50
Revista Atemporia: nutrición subliminal en 4 patas
Autores: Gabriel Valtierra, Ivonne G. Ledesma, Silvia Favaretto, Javier Sánchez
Presenta: Gustavo Sainz, Eduardo Ribé, Alejandra Peart, los autores
Editorial: Editorial Atemporia



Lunes 26 de noviembre

Salón Juan José Arreola, Centro de Negocios, Expo Guadalajara

20:00 a 20:50
Obras completas de Gustavo Sainz
Autor: Gustavo Sainz
Editorial: Ediciones del Ermitaño




Para más información click aquí

15 septiembre 2007


Poema sobre la Princesa del Palacio de Hierro

Alfredo Veiravé



La princesa del Palacio de Hierro tiene sus estrategias principales en su
más cándida inocencia como diría un poeta del siglo XIX se orienta
en lo real de lo que ocurre y cultiva sin esmero
pero con la mayor simpatía: los amigos
las trampas que a diario salta en las calles de la ciudad o en Acapulco
y una chistosísima manera de ver el mundo
esto la define para nosotros, digo, para Gustavo, para mí y para el
Monje pero ella es distinta a nosotros y lo más grande
es que no se da cuenta
se cree superficial porque sólo anda sobre
el día y como la Maga le pesan las palabras difíciles los pensamientos
abstractos eso es los pensamientos abstractos
las nebulosas de la idea las fuerzas débiles de quienes no ayudan para
nada sus giros de baile y aunque no es una bailarina
se mueve principalmente sin querer hacer nada para
detenerse y entonces surgen algunas preguntas
ejemplares: cómo ¿duerme cuando duerme sola o acompañada?
Propongo tres respuestas